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En el momento en el que tomamos la decisión de abrirle las puertas de nuestra vida a un ser que nos cambiará por completo, tendremos más responsabilidades, más gastos económicos, mucho por limpiar... Pero también llegarán momentos felices, divertidos, de paz y compañía, tendremos a quien contarle nuestros problemas, quien nos acompañará mientras estemos enfermos, cuidará de nosotros mucho más de lo que lo hacemos por él o ella.

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A veces los humanos no somos agradecidos con los regalos que nos da la vida. Hoy en día son abandonadas más de 300.000 mascotas anuales sólo en Colombia. Entre los principales motivos de abandono se encuentran: camadas no deseadas, comportamiento problemático, factores económicos, pérdida de interés, cambios de domicilio, alergias de algún miembro de la familia, nacimiento de un hijo, ingreso en hospital o la defunción del propietario y miedo a contraer la toxoplasmosis durante el embarazo.

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En muchos casos por el afán de salir del animal lo dejamos abandonado en parques, ríos, bosques, casas sin ser habitadas, carreteras, entre otros, sin importarnos lo que esa pequeñita vida llena de amor podría llegar a sentir; la mayoría suele morir bien sea por desnutrición, enfermedades contagiosas, atropellos en carreteras, maltrato animal, frio o tristeza, aproximadamente el 5% son recuperados por fundaciones que se encargan de buscar un hogar estable, aunque su propósito sea ese en la mayoría de los casos las mascotas no son adoptadas y viven en los refugios hasta que llega el día de su muerte, pero no siempre pueden ayudar por falta de recursos económicos que claramente son necesarios para mantener a estas vidas.

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El que quiere puede, si no tenemos la posibilidad de darle la vida que merece una mascota debemos pensar nuevas alternativas como dar al animal en adopción a una familia o persona realmente responsable que se ocupe de mantener su felicidad y bienestar.

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Si queremos tener una mascota, debemos:

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Reflexionar, antes de adoptar, hay que tener claro el compromiso que eso conlleva. Se trata de una opción para toda la vida del animal.

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Informarnos, pedir consejos y asesoría, saber qué tipo de animal nos conviene más según nuestros hábitos y conocer todas aquellas responsabilidades que tendremos que estar dispuestos a cumplir.

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Esterilizar a nuestro perro o gato para evitar camadas no deseadas.

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Educar al animal para mejorar su comportamiento.  De esta manera, la convivencia será más fácil y disfrutaremos uno del otro mucho más de la compañía.

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Recordemos que las mascotas NO son un juguete para nuestros hijos, son compañeros de vida, enseñémosle a cuidar y proteger al animal.