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¿salud o educación?

Por Cesar Laiton 11-A Comunicación

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Dos derechos fundamentales, según la Constitución colombiana, son la manzana de la discordia en este momento.  Desde inicios de 2021 el gobierno ha insistido en el regreso a la presencialidad estudiantil. Debido a ello, se ha presentado una encrucijada para los padres ya que muchos no desean enviar a sus hijos a las instituciones educativas, pues temen por sus vidas; máxime cuando las instituciones escolares no brindan los requisitos de bioseguridad. “Si no van al colegio no reciben clases y no aprenden … y si van presencialmente pueden enfermar o traer el virus a casa”. Unido a lo anterior, están los padres que siguen luchando para que sus hijos, que están en la virtualidad, tengan igualdad de condiciones y no les sea vulnerado el derecho a la educación.

 

Desde el 28 de julio los colegios en Colombia volvieron a la presencialidad total y en la mayoría de los públicos los estudiantes que no regresaron a las aulas han sido abandonados a su suerte, a unas guías de aprendizaje que nadie explica. “Los docentes no están obligados a trabajar doble”, es el argumento.

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El problema es complicado… las Secretarías de Educación están “obligando” a los colegios a retornar a la presencialidad y NO aceptan otra alternativa. Pero también es cierto que la educación mediada con tecnología no ha sido la mejor, hay colegios donde no se brindaron clases sincrónicas por múltiples motivos entre ellos: la no obligatoriedad de los maestros para prestar este servicio, o la no conectividad de estudiantes y maestros.

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Escuchando a los padres nos encontramos con un gran porcentaje que dice  que los enviará cuando estén vacunados, pero a este paso termina el año y no se ha logrado este propósito. Aunque hace ya unas semanas se inició la vacunación para menores de 18 hasta 12 años, lo que asegura un buen porcentaje de población estudiantil.

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Lo feo de este cuento, es que el gobierno Nacional a través de las Secretarías de Educación nos obliguen a decidir qué está primero si la salud o la educación. Deberían convencernos con argumentos científicos, no con atropellos.

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En lugar de hacer esto, debieron haber dotado los colegios con tecnología (los 70 mil millones que se abudinearon), poner buen internet para que los docentes, llevando sus propios equipos, pudieran hacer las clases que no han podido.

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Finalmente, gracias a los maestros que desde sus casas han dado las clases virtuales, a los que han hecho del aprendizaje un juego maravilloso con guías de aprendizaje didácticas y hermosas, a los que han gastado dinero en simcard  y minutos para sus estudiantes, a los que han llevado las guías hasta las casas, a los que nos han buscado hasta en el lugar más insospechado para que sigamos estudiando, a ellos millones de gracias; y a los que no han hecho nada, ya es hora de empezar a hacerlo.

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Ya solo queda esperar que el 2021 termine,  y Dios quiera que con ello la virtualidad. Que podamos volver al INEM a jugar ponchados, a tomar fotos, a jugar ajedrez, a participar en el festival de teatro, a jugar fútbol en la mega cancha o a ver las chicas de porrismo entrenar, a participar en las ferias de la ciencia, a escuchar los grupos musicales, etc; eso es formación integral, aunque yo ya me gradúo y me iré a seguir mi formación profesional en otro lugar.

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